lunes, 2 de marzo de 2009

Victoria

Es sabido que en las elecciones todo el mundo gana. Gana la democracia, gana la sociedad, y ganan los partidos. En este caso, especialmente en el País Vasco, todos tienen algo de razón. El PNV ha ganado las elecciones, el PSE ha subido seis escaños, el PP ha aguantado el temporal y UPyD será la clave para un posible gobierno alternativo a los nacionalistas. No está mal que todo ocurra de una sola vez.

¿Respetamos las mayorías o fomentamos las coaliciones de gobierno? Hemos presenciado la formación de los gobiernos más rocambolescos con tal de sacar a un partido del poder. En el caso del País Vasco, parece probable que así sea. Los partidos nacionales se apoyan entre sí para terminar con 30 años de galaxia nacionalista y anhelos de independencia e introducir un cambio profundo en los oxidados engranajes del gobierno y la policía vasca. No será necesario un gobierno conjunto, sólo que se apoye la investidura de Patxi López. Quizá el cambio de criterio del PP de apoyar coaliciones en Euskadi y defender las mayorías en el resto de regiones sea solo un pecado venial.
Es bastante más recomendable el remedio que la enfermedad.


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