martes, 24 de marzo de 2009

El paraíso

Ayer La 2, la cadena fantasma que extrañamente emite tanta publicidad como las más vistas, programó una película interesante sobre Palestina. Paradise Now habla de dos jóvenes dispuestos a llevar una bomba en el pecho para sacrificarse por su pueblo y acceder al paraíso. Pero también habla de los instigadores de los delirios suicidas y los prebostes del fundamentalismo islámico, esos que alientan la muerte pero nunca se mojan las manos. Siempre me han confundido estos personajes, arengan a personas repletas de dudas y acaban encontrando su sentido de la vida, morir matando. Una tarea apocalíptica que decide sobre las vidas de los demás. Los dos suicidas albergan dudas, y se plantean el para qué de su obra religiosa y mortal.

Mucho se ha escrito sobre el suicidio (especialmente Durkheim) y la valentía o la inmoralidad de quien dispone de su propia vida, adelantando traumáticamente su final. En este caso, el de la muerte por un supuesto ideal, introducir el concepto del paraíso y los ángeles que recogen al héroe en su camino hasta el cielo de los inocentes resulta especialmente obsceno. El convencimiento de una nueva vida empuja a los terroristas, pero sus profetas jamás sacrificaron un pelo de su cuerpo. Viven entre montañas, protegidos por un séquito interminable y unas armas de lo más sofisticadas. Oran con devoción y celebran la multitud de ese paraíso imaginario que pueblan tantos inocentes confusos y tantos asesinos determinados. Qué felicidad coartada la de permanecer en este mundo terrenal. ¿Por qué no siguen ese camino celestial que han marcado a sus acólitos? Seguramente, y admítase la paradoja perversa, se vive mejor en este infierno.

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