lunes, 20 de abril de 2009

Talento

Todavía extasiado por el regreso de Pepe el del popular (prescrito y legalizado, como Dios manda), leo una interesante entrevista a la nueva y vilipendiada ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que asegura sin rubor alguno que sus ritmos están alejados de la política. Dudo entre la sorpresa por su sinceridad o la desconfianza hacia quien se arrima al ascua del poder y pretende parecer una humanista amante del servicio público. Me inclino más por la segunda opción. Hoy ha dicho Juan Marsé en presencia de la propia ministra que el cáncer del cine español no es la piratería sino la falta de talento. Ella se lo ha tomado como una crítica constructiva, aunque su condición de cineasta le incluye en el saco de los sin-talento. Ahora, en vez de proyectar sus virtudes en una sala de cine lo hará en un despacho, rodeado de asesores y directores generales, junto a una cartera lujosa en la que las letras doradas elevan su categoría de mortal a ministerial. Cierto es que en los círculos del poder hay poco espacio para demostrar algún talento. Obama lo ha conseguido, debe ser el único.

sábado, 18 de abril de 2009

Ideas

Recientemente se ha realizado una encuesta sobre las buenas y las malas ideas de los últimos años en nuestro país. Por poner un ejemplo, fueron malas ideas participar en la guerra de Irak, el redondeo del euro o las zonas azules de aparcamiento. Las ideas buenas, bastante más agradables, son de lo más dispar: unir en un disco a Bebo Valdés y Diego El Cigala, que el Rey mandara callar a Hugo Chávez o la introducción del carnet por puntos. Estos resultados resumen bien el espíritu de la creación para hacernos la vida más fácil. También delimita el campo de las ideas y el de las ocurrencias.

Como propuestas personales, se me ocurre que el Centro Comercial Nevada fue una mala idea, y los colegios bilingües gratuitos, una idea estupenda. Eso sí, a las Lágrimas Negras del cubano y el flamenco no las supera nadie.

jueves, 16 de abril de 2009

Negocios

Gracias a YouTube, la panacea de lo audiovisual y el invento más fulgurante del internet de los últimos años, nos topamos de cuando en cuando con sucesos que nos hacen sonreír, sólo algunas veces. Susan Boyle, una mujer británica de 47 años, poco agraciada físicamente y con apariencia de gobernanta de internado ha participado en las pruebas del programa Got Talent, un formato parecido a Operación Triunfo, para formar parte del grupo final de concursantes que optará a ganar el concurso. Inesperadamente se ha convertido en un fenómeno de internet. El vídeo supera ya los 11 millones de visitas y en los foros no se habla de otra cosa. Hace dos años ocurrió algo parecido en el mismo programa. Paul Potts, un empleado de una tienda de telefonía interpretó el aria Nessun Dorma de la ópera Turandot y convirtió las dudas iniciales del jurado en lágrimas de emoción y sorpresa. Al hecho de encumbrar a desconocidos como estrellas de la música en un minuto se une la difusión máxima que permite YouTube, un proyecto de muchos millones de dólares que es ya una forma de aprovechar el tiempo libre ahora que el ordenador se ha convertido en un desahogo para las ansiedades.

Internet en sí mismo es todo un fenómeno: Twitter, Facebook, Mozilla, Gmail o Flickr son algunos de los negocios más redondos en esta economía en crisis. Mientras que las grandes empresas atraviesan dificultades enormes para subsistir, estas pequeñas compañías, surgidas de las ideas de inteligentes emprendedores, aprovechan su gran momento y reciben ofertas de compra inimaginables hace tan sólo unos años. Las compras de dominios alcanzan el nivel de subastas de arte y cada vez abundan más los jóvenes millonarios que manejan su destino desde el ordenador de su casa. Los tiempos están cambiando, pero la clave siguen siendo las buenas ideas. Esas que tanto hacen falta hoy.

miércoles, 15 de abril de 2009

El miedo

Las campañas de tráfico para disminuir los accidentes en carretera están funcionando. Las cifras se han reducido notablemente con las nuevas medidas: el carnet por puntos y la posibilidad de cárcel para las infracciones más graves. Aún así, nunca es suficiente, y mucha gente muere todavía cada fin de semana en uno de esos cientos de miles de desplazamientos de los que tanta noticia tenemos. Pero siempre hay algo que mejorar. Por ejemplo, las condiciones de las carreteras, los famosos puntos negros y las señalizaciones absurdas colocadas detrás de un árbol o diez metros antes del desvío. Otra pregunta que me hago, visto el resultado del buen trabajo, es por qué no se pusieron estos medios antes. Un poco de implicación por parte de las autoridades es suficiente, ya se sabe que un conductor teme a pocas cosas, pero una de ellas son los agentes uniformados con la ley en la mano.

Supongo que será difícil reciclar a los imprudentes peligrosos. Tampoco sé si ese es el objetivo principal de los gestores del tráfico. Bastaría con crear cierta conciencia social y advertir que se puede disfrutar conduciendo, como recordaba aquel anuncio tan plácido y evocador, pero que al mismo tiempo uno sujeta el peligro con sus manos. La velocidad, como el ruido, suele ser un valor efímero e inútil. Lo importante es volver, dicen los carteles electrónicos en las carreteras. Yo creo que lo verdaderamente importante es llegar. Ponle freno, no podemos conducir por ti. Es un eslogan que casa perfectamente. Ahora hay que transmitirlo a las mentes de pilotos de Fórmula 1 que sobreviven en nuestras carreteras, infundir algo más que miedo. Respeto.

martes, 14 de abril de 2009

Golpes de efecto

Un rector de Universidad, una guionista y directora de cine, un político de profesión y el inefable presidente de la Junta de Andalucía son los nuevos ministros del gobierno de España. Lo que parecía un retoque inevitable ha terminado en escabechina, y con el argumento del “cambio de ritmo” se ha justificado una rectificación de personas y proyectos. Las competencias de universidades vuelven al Ministerio de Educación (corres-pondían a Ciencia y Tecnología, aunque parezca extraño), el cacareado ministerio del deporte se ha evaporado y se confirma que su anuncio espontáneo hace unos meses fue debido a un espasmo de alegría del presidente. El caso de José Blanco es curioso. Siem-pre dijo que no quería formar parte del gobierno (con la boca pequeña) y ahora celebra sin rubor su nombramiento para tan alta responsabilidad. El Fomento, anteriormente MOPTMA, antes MOPU e inicialmente Ministerio de Obras Públicas, es el departamen-to perfecto para echar en cara retrasos y deficiencias en las comunicaciones del país. Así lo hicieron mejor o peor todos los ministros del ramo. Siempre hay una buena excusa para no cumplir los objetivos. La nieve, los errores de los antecesores, los gobiernos autonómicos, el sastre de Camps o la cacería de Garzón.

Los cambios de ministros, como los cambios de entrenador a mitad de temporada, no suelen reportar los objetivos esperados. Los golpes de efecto sólo funcionan en el final de las películas, sorprenden al espectador y remueven sus ideas preconcebidas. Aquí ocurre lo contrario. El hastío se multiplica cuando el presidente dice hace semanas que confía en su equipo y ahora introduce cinco cambios en ministerios importantes. Desde la oposición se vislumbra un deseo de catástrofe que les haga acreedores del triunfo en las urnas. Un deseo perverso pero frecuente en las nuevas maneras de la política española. Posiblemente este gobierno no cumplirá los cuatro años. Tiene a casi todos los partidos en su contra, faltos de paciencia y mareados por los cambios de opinión. Veremos si los nuevos ministros dan un aire distinto, pero no acabarán con los vientos de pesimismo que se respiran en las calles. Ni siquiera en Andalucía, ahora que Chaves no está.

lunes, 13 de abril de 2009

Internautas

La Asociación de Internautas ha solicitado la recusación de la nueva Ministra de Cultura, la cineasta Ángeles González Sinde. Consideran que en su cargo tiene intereses personales, ya que algunos de sus familiares trabajan en el cine y podrían recibir subvenciones del Ministerio que dirige. En esta acusación, que según ellos transgrede la ley, se percibe el poco apego del sector militante de internet contra los gestores del cine y su eterna abominación de las descargas. González Sinde era hasta la pasada semana presidenta de la Academia del Cine, la misma que en la última gala de los Goya convirtió el binomio cine-internet en una perversidad intolerable y que ha ha colocado a los internautas como culpables necesarios de la crisis del cine español, una crisis que, por otra parte, va camino de convertirse en eterna. Animo a cualquiera a que eche un vistazo a los últimos estrenos patrios.

Pero no sólo incumple la ley. Para la asociación de internautas, cuyo eco será grande y su influencia residual, el simple nombramiento de Sinde como Ministra de Cultura representa una provocación del presidente. César Antonio Molina, el anterior inquilino de su despacho, desarrolló un buen trabajo dentro de sus posibilidades, deshizo algún entuerto (tesoros del Odyssey incluidos) y se mostró dialogante. Ya había demostrado su capacidad cuando dirigió con gran éxito el Instituto Cervantes. Yo desconfío de la necesidad de que exista un ministerio de cultura, pero si es de los pocos departamentos que funcionan, ¿por qué cambiarlo? Muchos ven la llegada de González Sinde como una contrapartida a los favores que el cine español ha hecho a este gobierno en anteriores ocasiones. Sería muy triste.

La Asociación de Internautas continuará en pie de guerra y la Ministra desarrollará su trabajo en unas difíciles condiciones económicas. Otro pero más a la elección de González Sinde: es una buena directora y guionista. Es una pena que desperdicie su talento en un despacho, con las masas de internet en contra y la sombra de la sospecha permanente. Y los viernes, Consejo de Ministros en La Moncloa. ¿Eso es lo que soñó cuando empezaba a abrirse camino en el mundo del cine?

viernes, 3 de abril de 2009

Cine en Málaga

He leído que el Festival de Cine de Málaga, que se celebrará dentro de dos semanas, se ha convertido en el nido de los directores primerizos. De las catorce películas a concurso, ocho son obra de realizadores noveles. La razón principal de esta apoteosis de juventud es que los directores consagrados no quierenpresentar sus películas e irse de vacío en el palmarés. Enseñarían sus cartas demasiado pronto, y si el público o la crítica no apreciaran demasiado su trabajo, el riesgo de estrellarse con la taquilla sería más que evidente. El Festival de Málaga, que este año homenajea a Juan Diego, es un certamen de cine español, esa marca artística difusa, irregular, que pelea contra sus mayores enemigos, el cine americano y las descargas por internet. Esto es lo que dicen desde el Ministerio de Cultura, la SGAE y la Academia del Cine. Un argumento débil que oculta la crisis de creatividad y la repetición de modelos desgastados.

Es interesante la participación de nuevas caras del cine en este tipo de festivales. Acostumbrados a lo seguro, siempre aparecen sorpresas (escasas) entre las cintas españolas cada año. La película de Almodóvar, Los abrazos rotos, no ha funcionado entre el público pese al tirón del Oscar de Penélope Cruz y la espectacular promoción que llena carteles desde hace dos semanas. En cambio, Mentiras y gordas, una película de adolescentes, repleta de estrellas televisivas y efectismo ha arrasado entre la juventud y se ha colocado como la primera elección de los espectadores en unos días. Este éxito inesperado rebate el mal perpetuo de las descargas informáticas. Cualquiera podría bajarse la mencionada Mentiras y gordas y disfrutarla en casa gratis, pero la mayoría ha preferido acudir a las salas. También competía con cine americano, y ha superado a las películas de Hollywood. No es cuestión de desmontar mitos. A veces las nuevas propuestas funcionan, aunque no sean buenas películas. Se trata de enganchar al espectador desde el primer momento. No se puede culpabilizar al público y atribuirle todos los males del cine español. El que logra dar con la tecla y acertar, triunfa. Los demás seguirán nadando entre los tópicos, peleados con la crítica y el sexo de los ángeles. Los ángeles de verdad, no los de California.

jueves, 2 de abril de 2009

En las cumbres

En la prensa aparecen las fotografías de la cumbre de Londres. Y una televisión dice: "las esposas, como indica el protocolo, realizan un paseo por los jardines y los hombres, al despacho a trabajar". En las imágenes, se acumulan los mandatarios por un lado y sus mujeres por otro. Desconozco a qué categoría pertenece Angela Merkel, o si su marido ha tomado parte en estos fastos económicos en su categoría de consorte. La reunión que según los más optimistas dará soluciones contra la crisis y según los realistas no servirá para nada ha comenzado esta mañana. Ayer tuvo lugar, Reina Isabel II mediante, una cena de gala para todos los invitados. No escatimaron en pompa. Obama viaja por primera vez a Europa como la gran esperanza blanca e intentará dejar su sello y su trabajada oratoria. Como fuente de inspiración para El Ala Oeste y los amantes de las relaciones internacionales la reunión tendrá su miga. El resto de los mortales seguiremos su curso con escepticismo. En la pasada edición de Washington las conclusiones fueron tan difusas que desaparecieron en el tiempo. No veo por qué el componente geográfico debe cambiar la tónica. Quizá el cambio horario despierte las mentes de algunos.

Sarkozy, aliado con la racional Merkel, avisa. Dice que se levantará de la reunión si no se ofrecen soluciones concretas a la crisis financiera. Eso de ausentarse de repente es de mala educación, pero el asunto no la requiere excesivamente. Para proponer salidas viables a esta situación habrá de llegar el acuerdo. Obama, el prócer ejemplar, el profeta de la esperanza, lleva la voz cantante. Ignoro si el personal estará por la labor de corear sus odas al entendimiento u optará por el pragmatismo. Cuando se alinean dos bandos, lo interesante está en los últimos en apuntarse al carro. Los indecisos, como los que eligen de niños entre el Barça y el Madrid.

No sé qué cumbre será más productiva, si la de las mujeres que pasean por los jardines y se cuentan confidencias o la de sus maridos, encorbatados, crecidos y saciados por los manjares de la monarca británica. El resultado, en breves momentos.

miércoles, 1 de abril de 2009

El rumor

Siempre se dijo que la escasez agudiza el ingenio, igual que la censura fomenta la creatividad. No lo veo tan claro. Azcona decía en una entrevista antológica que si así fuera los escritores harían cola en la puerta de la iglesia y el África más pobre estaría repleto de premios Nobel. Así, con ironía, esa a la que aspiran los humoristas de profesión, aclaraba los mitos sobre la dictadura y el arte. Determinadas medias verdades o medias mentiras sobreviven al paso del tiempo y se incorporan como dogmas de fe al inventario de todos los días, al abrigo de los tópicos o las habladurías más profanas. He experimentado con seres humanos (no se me entienda mal) el arte del rumor y el chisme. Una vez introducida en una tertulia, la falacia vuela alto y se prodiga por los corrillos sin advertir que se trata de un engaño difícil de creer. Quizá por eso en España tienen tanto recorrido las historias que todo el mundo afirma saber sin tener la más mínima prueba, especialmente en lo tocante a historias oscuras de personajes de prestigio. La realeza, el gobierno o el deportista más ejemplar siempre esconden un envés intrigante que, oh sorpresa, nunca ha existido.

El auge de la prensa del corazón y del resto de vísceras ha fomentado el gusto por el despiste y la confusión. En una encuesta reciente se constataba que nuestro país era el más aficionado a la invención de rumores sobre personajes públicos. A cual más disparatado, por cierto. Agradezco al cielo no formar parte del elenco del famoseo en cualquiera de sus manifestaciones. El rumor como divertimento es entendible, pero la insidia es ofensiva, sobre todo si se pone al servicio de miles de personas.

Por cierto, ¿sabían que...?