viernes, 19 de marzo de 2010

Esto es la guerra

Redundando en el catálogo bélico del periodismo deportivo, Prisa se enorgullece de “ganar la guerra del fútbol”. Se refiere al contencioso mantenido con la empresa Media-pro que terminó irremediablemente en los tribunales. Ahora un juez ha estimado que la empresa accionista de la Sexta incumplió un contrato de 2006 y deberá pagar 97 millones de euros a Audiovisual Sport, participada en un 80% por Sogecable. Este enredo de compañías y cadenas se resume sencillamente: todos quieren controlar la tarta más golosa del mercado audiovisual, el fútbol de máxima audiencia. Este afán conlleva sus riesgos, por ejemplo no recoger la inversión realizada o saciar la deuda del competidor, algo que resulta más doloroso aún. Lo de hurgar en la herida del vecino es una práctica habitual, supone un pequeño alivio, que no consuelo, ante la difícil situación de Prisa. Cuatro adquirió los derechos del mundial de fútbol de Sudáfrica de este verano y se ve obligado a venderlos ahora por las complicaciones financieras que conlleva la emisión del evento.

El vocabulario guerrero es otro tentáculo del mismo pulpo. El enfrentamiento entre Mediapro y Prisa llegó hasta límites peligrosos. Ahora la justicia ha dado la razón al denunciante, pese a que Mediapro podrá recurrir la decisión. La Sexta pagó en su momento 190 millones de euros por los derechos de emisión de la Fórmula 1, un acontecimiento que le ha servido precisamente para superar en audiencia a Cuatro, su principal competidor en la pelea de las audiencias. Una mira hacia arriba y la otra al suelo. Lo único que les une es una deuda preocupante. Demasiadas ganas de prosperar antes de tiempo. Las guerras son una cosa seria, no una pataleta de directivos de televisión.

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