miércoles, 15 de abril de 2009

El miedo

Las campañas de tráfico para disminuir los accidentes en carretera están funcionando. Las cifras se han reducido notablemente con las nuevas medidas: el carnet por puntos y la posibilidad de cárcel para las infracciones más graves. Aún así, nunca es suficiente, y mucha gente muere todavía cada fin de semana en uno de esos cientos de miles de desplazamientos de los que tanta noticia tenemos. Pero siempre hay algo que mejorar. Por ejemplo, las condiciones de las carreteras, los famosos puntos negros y las señalizaciones absurdas colocadas detrás de un árbol o diez metros antes del desvío. Otra pregunta que me hago, visto el resultado del buen trabajo, es por qué no se pusieron estos medios antes. Un poco de implicación por parte de las autoridades es suficiente, ya se sabe que un conductor teme a pocas cosas, pero una de ellas son los agentes uniformados con la ley en la mano.

Supongo que será difícil reciclar a los imprudentes peligrosos. Tampoco sé si ese es el objetivo principal de los gestores del tráfico. Bastaría con crear cierta conciencia social y advertir que se puede disfrutar conduciendo, como recordaba aquel anuncio tan plácido y evocador, pero que al mismo tiempo uno sujeta el peligro con sus manos. La velocidad, como el ruido, suele ser un valor efímero e inútil. Lo importante es volver, dicen los carteles electrónicos en las carreteras. Yo creo que lo verdaderamente importante es llegar. Ponle freno, no podemos conducir por ti. Es un eslogan que casa perfectamente. Ahora hay que transmitirlo a las mentes de pilotos de Fórmula 1 que sobreviven en nuestras carreteras, infundir algo más que miedo. Respeto.

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