viernes, 30 de enero de 2009

Titanes

Cuántos tópicos vendrían a cuento para explicar el partido de esta mañana a quien no haya podido disfrutarlo. Lo cerca que está la gloria de la decepción es uno de los más aprovechables. Estos espectáculos infrecuentes le suben a uno el ánimo aunque tenga el día atravesado.

Se enfrentaban dos españoles. Uno es duro, incorruptible, número 1, y el otro valiente, fuerte y confiado. No sé si ha terminado ganando el mejor. Verdasco ha conseguido explotar su talento y la fuerza de sus golpes, y ha terminado con su fama de mala cabeza sacando su personalidad en los momentos más complicados. Nadal ha tenido que sudar mucho - nunca mejor dicho - para ganar a su amigo. Ahora tiene una gran oportunidad para volver a entrar en los libros de historia y ser el primer español que gana en Australia. El rival es Federer, el número 2. No sé si Nadal ganará el torneo, pero después del asombroso partido de hoy se merece todos los elogios. Verdasco también. Viva el deporte.

jueves, 29 de enero de 2009

Esperanza

En el supermercado una madre pesarosa opina sobre la crisis: "lo peor viene para los hijos, que son los que tienen las hipotecas". Aquel dicho soez de "vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos" delata a una juventud a ratos emprendedora, a ratos acomodada, pero que siempre albergó esperanzas de una prosperidad mediana. Ahora hay motivos para perder la esperanza, pero es preferible conservarla, aunque sea en un rincón escondido. Es conveniente mirar hacia delante antes que tropezarnos con los recuerdos del pasado, que nos traen un olor a bolas de alcanfor caducadas, como decía Azcona. La esperanza es mejor que la nostalgia. La nostalgia de los buenos tiempos no nos solucionará los problemas.

Ayer se habló en la Asociación de la Prensa, también al hilo de la crisis, de las rodillas de los jugadores del Granada hincadas en el césped de Los Cármenes. Se sometían, suplicaban o llamaban la atención a su deudor del palco, el insolvente e incapaz presidente. Allí no estaba. De rodillas frente a nadie para reclamar lo que es suyo. En los telediarios destacaban "el equipo se sobrepuso a las dificultades y acabó ganando 1-0". Definitivamente, es difícil conservar la esperanza. Hay que rendirse a la imaginación.

miércoles, 28 de enero de 2009

Armas

El cuestionario del presidente acabó la mayoría de las veces con el clásico No Sabe/No Contesta, sobre todo en las preguntas embarazosas. Especialmente sangrante fue la respuesta a la venta de armas de España al extranjero. Además de usar datos improvisados, dejó ver algo que ya conocemos por estas tierras, y es esa desesperante ambición del presidente de convertirse en salvador del mundo. "Sí, vendemos armas a Israel, pero nuestras armas no matan palestinos". Ante esa declaración de principios, de ONG sospechosa, es mejor trabajar por la paz sin abrir tanto la boca. Las fotografías con el secretario general de la ONU empiezan a resultar fatigosas. Más que nada porque el surcoreano Ban Ki Moon permanece impasible ante las injusticias del mundo mientras dibuja palabras bonitas de redacción de adolescente.

Esto de la paz y el hambre en el mundo tiene difícil solución, y desde luego los gobiernos no ponen de su parte para encontrarla. Está mal usar la palabrería para deshacerse de una pregunta incómoda, pero es aún peor que cinco millones de españoles tuviéramos que presenciar su huida hacia delante.

martes, 27 de enero de 2009

El futuro

Póngase usted a pensar qué haría si el invento más importante de la última época no existiera. Internet, el refugio del aburrimiento, fuente de conocimiento y perversión, negocio planetario, salvación de quienes buscan, satisfacción de los que encuentran, mar de mensajes en botellas de plástico, identidades transparentes, tiendas de megabytes, periódicos en papel de bocadillo, conversaciones espalda a espalda, amores inalámbricos, escritorios de píxeles, trabajos copiados, música electrónica, principio del fin.

En la red de redes, como se decía antes, uno puede hacer cualquier cosa salvo comer. Quién sabe. Quizás algún día podamos degustar un solomillo con patatas a través de la pantalla. El problema es que internet ha creado unas necesidades insustituibles. Pero la necesidad misma consiste en acceder a la red, no importa tanto qué vayamos a hacer dentro. Comprar, vender, escribir, enviar, consultar, leer, dormir. Crea una adicción peligrosa de la que uno se desintoxica difícilmente, sólo alejándonos de la tecla y el ratón para experimentar el placer del aire libre, del papel y del boca a boca respiramos algo de aire puro. Hace quince años no existía internet, y el mundo giraba, los periodistas trabajaban, los escritores escribían, los periódicos se vendían, las cartas llegaban a su destinatario. No es una visión romántica de las comunicaciones, es el realismo de quien tiene miedo de imaginar cómo serán las cosas dentro de quince años. Tal vez alguien esté dispuesto a casarse con su ordenador.

lunes, 26 de enero de 2009

Tengo una pregunta

Leo en la prensa que el Presidente del Gobierno se enfrentará esta noche a las preguntas de 100 ciudadanos en el programa de Televisión Española. De ellos, cinco están en el paro. No me parece justo. Ese auditorio, que se supone representa a un extracto de la sociedad española, debería acoger a 14 personas desempleadas, el porcentaje de paro que el Ministerio de Trabajo hizo público hace unos días. No se trata de poner contra las cuerdas a nadie, ni de dramatizar (nunca es suficiente) el problema más grave para una economía, que consiste en que sus ciudadanos no puedan acceder a un trabajo, no perciban salario, no creen riqueza, y además, cuesten dinero al Estado con motivo de las prestaciones por desempleo. El asunto es hablar de las cosas que importan.

Los políticos, y todavía más los que están en el poder, conocen bien el arte de irse por las ramas, de caminar por los cerros de Úbeda. Si torean las preguntas de los periodistas, ¿cómo no van a hacerlo cuando cien ciudadanos les hablan de sus problemas, de sus trabajos, de sus calles, de sus miedos, de sus falsas promesas, del precio de un café? Como producto televisivo, "Tengo una pregunta para usted" es estupendo, un programa transparente y directo. Pero sus protagonistas suelen ser poco ágiles y muy previsibles, se enrocan en el atril y ponen buena cara mientras piensan la siguiente respuesta. A veces preferiría que cualquiera de esos cien, parado o no, fuese quien respondiera. Aprenderíamos mucho más.

viernes, 23 de enero de 2009

Miniseries

El cine ya no es lo que era. Ahora nos inundan los telefilmes de actualidad, de buena factura técnica pero de dudoso valor documental. Se ruedan historias sobre hechos que han trascendido en la sociedad y han terminado por convertirse en un asunto de interés nacional. El asesinato de Fago, la desaparición de la niña Mari Luz, el caso Rocío Wanninkhof. En algunas ocasiones versan sobre investigaciones policiales en curso, o señalan a un acusado que no ha sido juzgado aún. Incluso, aun modificando los nombres de los personajes, los castings se encargan de encontrar a actores de gran parecido físico con los protagonistas de las historias originales.

Aprecio que determinados sucesos son llevados a la exageración y el maniqueismo para ir dirigiendo las emociones del espectador. El efecto suele tener éxito, pero es perjudicial para todos. Hasta la policía se siente incómoda ante tanta demostración de los entresijos de sus investigaciones, de sus métodos de trabajo, de sus seguimientos a delincuentes. Quizá estas historias necesiten más tiempo, o simplemente más delicadeza. Lo que no se puede hacer es tratar estos temas como si fueran cualquier cosa. Están demasiado frescos en la mente de mucha gente.

jueves, 22 de enero de 2009

La crisis de la esperanza

No corren tiempos de alegría, al menos para la mayoría de los mortales, enfrascados como estamos en el aprieto económico, uno de los menos recomendables. Las maldades del sistema se han revelado ya para ricos y pobres, y hasta los más acaudalados banqueros han caído en las redes de la rentabilidad imaginaria, provocando el aumento de la desconfianza del respetable. Aunque ya desconfiaban lo suficiente antes de este crack del siglo XXI. Los años venideros serán duros, según los expertos de la cosa económica. No parece un mensaje cargado de esperanza para afrontar las dificultades, y menos con este aluvión de previsiones contradictorias que se modifican para demostrar cuál es peor. Mejor será otear nuestro futuro con prudencia hasta que podamos resurgir de este cráter de desempleo y desánimo. En este caso, el pesimismo bien informado no existe, porque se camufla bajo cifras, índices y declaraciones interesadas de aquellos que se han comprometido a capear el temporal con dignidad.

Este remolino de abatimiento terminará, pero no sabemos cuándo. Un anhelo creíble nos llevaría hasta 2010 con el alma en pena. Nuestros gobernantes deambulan por una fina línea que no les comprometa al fin de su trabajada credibilidad, sin embargo nuestro ministro de economía saltó al vacío hace unos días confesando que el gobierno "ha agotado todo el margen de gasto público para hacer frente a la crisis". Pensará alguno que Dios nos coja confesados, y con razón, si el contable mayor del reino es capaz de reconocer que poco más se puede hacer ante la crisis. Solbes deslizó sin disimular que toca apretarse el cinturón, pero que no hay dinero para hacer más agujeros. Tendremos que utilizar tirantes.

Frente a esta especie de apocalipsis crepuscular queda la esperanza virtual. Esa que representa con tanto garbo y voz grave Barack Obama, el estandarte de los sueños de los que duermen y de los que están despiertos. Su toma de posesión, a pesar del frío y la solemnidad, nos permitió respirar aire fresco después de algunos años oscuros que casi todos coinciden en censurar. Sus artes dialécticas, fuente de seducción inevitable, han cautivado admirablemente a todos los colores políticos, incluso en España. Mingote decía en su última viñeta en ABC que los americanos, en política, procuran aceptar lo que puede ser bueno y rechazar lo que ya se ve que es malo. Termina con sorna el chiste: O sea, gente sin ideología. Conviene en estos tiempos desconfiar de las ideologías y dar importancia a las ideas, especialmente a las buenas ideas, esas que escasean, y que nos ayudarán a salir de los atolladeros que frecuentamos.

La vigencia del eufemismo como forma de vida política es desasosegante. Además del fomento de la cursilería, contribuye a esconder lo que cualquiera puede descubrir saliendo a pasear. Resulta hilarante el alarde de imaginación para nominar los problemas. Desaceleración, cese temporal, ajuste, adversidad, y, como colofón, "las cosas van claramente menos bien". Antes de la crisis íbamos bien. Después, nadie lo sabe. Ay, la refundación del capitalismo, el 0'7 %, las inyecciones bancarias, los planes ambiciosos – yo creía que la ambición era patrimonio de los seres humanos -, los lamentos, las imprevisiones y el paro imparable. Los más parados están al frente de las máquinas, y deben tranquilizar a una tripulación amotinada, a punto de estallar. Los críticos, los de los bancos opuestos, tampoco contribuyen con soluciones, y continúan anclados en los lugares comunes y en las alergias a definir el rumbo de su viaje incierto. Salvada la torpe metáfora náutica, parece que siempre nos quedará Obama y sus palabras ante la muchedumbre: "el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos intereses y aplazar decisiones desagradables ha terminado". Esperemos por nuestro bien que tenga razón.

Valor y coraje

Se empiezan a hacer frecuentes, al menos en los medios, los casos de civismo público ante injusticias urbanas. El drama del profesor Neira ha consensuado los sentimientos de impotencia y esperanza, aunando fuerzas para hacer frente a la violencia y la muerte.

El héroe, desinteresado y responsable, debe tener un reconocimiento. A veces su único premio es la memoria a veces borrosa de la sociedad. Su esfuerzo merece ser un ejemplo para todos, un modelo de empatía y arrojo en momentos de tensión. Anteayer, en Barcelona otro salvaje intentaba asesinar a su novia. Un grupo de ciudadanos le redujeron hasta la llegada de la policía. La mujer agredida se recupera de sus heridas en un hospital.

Los superhéroes no existen, salvo en el imaginario cinematográfico. En este mundo perviven y perduran en el tiempo quienes se sacrifican cuando el resto del mundo mira para otro lado. Jesús Neira lo hizo. Y otros muchos antes. Después de condecorar su entereza, tomemos nota. Si no, seguiremos anestesiados leyendo desgracias sin ruborizarnos.

miércoles, 21 de enero de 2009

Invisibles

Inaudito. Persiste el espionaje a los altos cargos, con tecnología punta, cámaras ocultas y manos negras. Yo pensaba que esos métodos chapuceros habían caducado. Miembros del gobierno del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad han sido seguidos durante viajes privados. Las imágenes se han hecho públicas y el asunto no parece trivial.

El espionaje de micrófonos y cámaras suele ser sinónimo de deslices.
La embajada de Argelia en Madrid amaneció un día repleta de cables y paredes agrietadas, gracias a una visita nocturna de los agentes del CESID. Y quienes colocaron los micrófonos en las oficinas del edificio Watergate en 1972 fueron descubiertos como simples rateros, eliminando el encanto y el riesgo controlado de nuestros espías cinematográficos, más preparados y mucho más guapos.

En muchas entrevistas ligeras es común la pregunta "¿Qué harías si fueses invisible?". A lo que se responde instintivamente: "saber lo que mis amigos dicen de mí cuando no estoy". Nos gusta saber lo que pasa, también lo que le ocurre al vecino. La única condición para enterarnos, excluida la invisibilidad, es que no nos pillen embadurnados de harina con las manos en la masa.


martes, 20 de enero de 2009

Baloncesto

A Obama le persigue la pompa, pero eso no es culpa suya. El problema sería que le explotara cual burbuja inmobiliaria. El movimiento admirable que ha propiciado augura una legión de incondicionales por el mundo que aplaudirá sus arranques verdaderos de valentía - que supongo escasos, por desgracia - y disculpará sus chapuzones en la corriente. Estados Unidos es una máquina imperfecta que maneja los destinos de este mundo, la prueba es que el anhelado alto al fuego de Israel en Gaza ha coincidido curiosamente con el solemne juramento de Obama.

El gran héroe de Hawaii se enfrenta a una situación complicada. El paro, Guantánamo, guerras en curso, bancos en quiebra, pérdida de confianza. Si logra encauzar a la masa multicolor para hacer frente a los problemas, habrá dado un gran paso. Sus dotes baloncestísticas le dotan de una gran visión de juego y de capacidad de involucrar a sus conciudadanos. Posee una pericia oratoria indudable que le ha llevado a la Casa Blanca. Está por ver si su talento se traduce en victorias holgadas o en partidos apurados que desanimen al respetable. Apuesto a que está dispuesto a jugarse el último triple. Ojalá que entre.

lunes, 19 de enero de 2009

Crisisgate

Nunca se acaba de tocar fondo, y menos con una crisis de por medio. Y en eso estamos, en intentar salir a flote pese a los escualos que nos amenazan, acechantes. Como ya sabemos por otras experiencias desagradables, las previsiones son imprevisibles. O quedarse corto, o excederse en las cábalas. Suele cumplirse la primera premisa, sobre todo por el instinto de supervivencia. Si empezamos augurando un desastre mínimo, podemos ir añadiendo apéndices hasta convertir una mala racha en la mayor crisis de la historia. Se trata de ganar tiempo, mientras otros pierden bastante más que eso.

¿La economía es el principal problema de los ciudadanos? Parece que sí, o al menos eso señalan las encuestas. Sin embargo, leyendo las portadas de los diarios de los últimos días, la dimisión del presidente cacique del Real Madrid ha sido elevada a los altares de las primicias del siglo. Y tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, solo es fútbol, al menos eso se pretende. Y por favor, que acaben con el sufijo sangrante de la caída de Nixon para ponerle un nombre a todos los escándalos. Ese gate maldito. Leer en los periódicos que el Naníngate tumba a Ramón Calderón causa cierta vergüenza ajena.

sábado, 17 de enero de 2009

Mingote

Antonio Mingote cumple hoy 90 años. Y ahí sigue, trabajando con ingenio y con pasión. Yo le conocí hace un año, en su casa, con motivo de una entrevista. Nos recibió alegre, abrumado por tantos halagos, recordando sus primeras viñetas, sus motivaciones, sus amigos, su futuro. Es un humanista del siglo XX, preocupado por la estupidez del ser humano, por las peleas vacías que nos enfrentan. Pero sobre todo, a través de su arte combate la violencia y la crueldad, los desvaríos de nuestros estadistas, y la cursilería abominable que tanto detesta.

Su gran obra, Hombre solo, es un compendio de sencillez y filosofía al alcance de muy pocos. Perfila un ser humano que "sobrelleva la soledad, corrientemente, con radical torpeza". Lo desnuda, y es entonces cuando emergen, como flotando, los miedos, las angustias y los deseos más profundos.

Por todo ello, y ya que no le puedo regalar nada salvo mi aprecio y admiración, me despido con una cursilería que viene al pelo para terminar estas palabras. Si Mingote no existiera, habría que inventarlo. ¡Muchas felicidades, don Antonio!

jueves, 15 de enero de 2009

Esa farola

Esta mañana he visto cómo un honorable señor metía la mano en la basura para coger algo. Me ha sobrecogido su prudencia. Después de asegurarse que nadie le miraba, no ha debido verme, y ha introducido con delicadeza la mano en la papelera. Yo suspiraba por ver qué objeto ansiaba entre tanta porquería. Y la respuesta ha llegado. Un periódico. Gratuito, para más señas. Alguien, después de leerlo, lo ha depositado cívicamente en la papelera que acompaña a una hermosa farola. Allí estaba yo, esperando al semáforo con un frío considerable, con el miedo de asistir a un síntoma perverso de la crisis mundial que nos asola. Pero no, ese hombre buscaba un periódico, que resulta incomestible aparentemente. ¿Un periódico como objeto de supervivencia? Ahora que la información nos busca con mira telescópica, persiguiéndonos por el teléfono móvil y el ordenador, el papel no es indispensable para permanecer en este mundo. Realmente, pocas cosas son realmente indispensables. Y menos la fugacidad de un periódico, cuya actualidad caduca hoy a cada segundo de megabytes. El semáforo se ha puesto en verde, y he cruzado, y seguramente esas páginas han vuelto a la misma papelera, junto a la farola, esperando el hambre de otro viandante desinformado.

miércoles, 14 de enero de 2009

La ley

El tema está entre la justicia mundana, la de las emociones, y la de las leyes, que suele ser más recomendable para casos de flagrantes injusticias. Y los jueces, que no están en condiciones de impartirla con celeridad con los medios de que disponen, se rebelan contra la autoridad. !Pero si la autoridad es el juez! Sí, eso creía yo. En este país gusta mucho el arte de generalizar, y hemos mezclado los retrasos con las prevaricaciones y las sentencias pintorescas. Las leyes se crean, se modifican, caducan. Y tenemos medios para ponerlas en práctica. Existe un Ministerio de justicia que tengo entendido se dedica a la organización de estos asuntos en España. Por sus despachos han pasado ministros, unos buenos, otros peores, y otros nefastos, para calificarles con cariño. Pidámosles responsabilidades para que desde sus cargos den la vuelta a esta situación insostenible. Y a los jueces, que ya tienen suficiente con lo suyo, que ejerzan su poder con honradez y profesionalidad. Llegar a una huelga es justo... lo que no necesitamos. Preferimos soluciones.

martes, 13 de enero de 2009

El acento

Estos días el trajín de la polémica (¿política?) baila entre el caos del aeropuerto y el acento de la señora ministra. Mientras, en la nieve madrileña se diluyen los equipajes y las huelgas de celo. Los políticos, tan dados a difundir cifras y cifras, planes ambiciosos y salvadores, eluden ahora a los desamparados sin-maleta ocultando todo detrás de la fehaciente ineptitud de una compañía privada. Sin embargo, el Real Madrid vuela plácidamente a Palma de Mallorca. El resto de pasajeros esperan sin esperanza que su avión aparezca en esas espléndidas pantallitas con letras amarillas. Allí siguen.

En cuanto a los acentos, parece que la valía de una ministra no debe medirse por su forma de expresarse, sino por su fondo, que por cierto está muy abajo. Finalmente, a la dirigente popular, la estilosa Nebrera, se le ha ido la mano. Ha convertido con mucho interés un comentario desafortunado en un debate nacional. Se dice que los políticos, los de verdad, se encargan de hacer del cinismo su virtud más lucida. Ella ha ido más lejos, se creía lo que estaba diciendo.

lunes, 12 de enero de 2009

Garbanzos

El título de la exposición itinerante del arte religioso castellano-leonés, Las edades del hombre, siempre me recuerda la lenta pero segura evolución del ser humano, que camina erguido después de millones de años. Una evolución física admirable, fruto de la selección natural que investigaba Darwin, que no discurre pareja al fomento de nuestras capacidades mentales. Al menos eso parece. Matanzas y guerras por doquier, crisis creadas por despachos fastuosos, diatribas absurdas sobre banderas, alianzas de civilizaciones y cadáveres sepultados. García Márquez, el de la prosa asfixiante y luminosa, hablaba de la poesía como solución a los problemas, “la energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos”. Quizá esos garbanzos no sirvan para alegrar los estómagos de los hambrientos, pero sí para transportarnos de este mundo a otro muy distinto en el que somos libres para imaginar. El arte nos saca de los atolladeros profundos, en forma de novela catártica, de música celestial, de cine esperanzador. Purifica las mentes, evoca lo inalcanzable. A veces prefiero refugiarme en esos mundos. Prefiero la esperanza a la nostalgia, aunque hoy haya pocos motivos para esperar nada.

viernes, 9 de enero de 2009

Nieve

En Madrid nieva con ganas, pero en Granada la cosa no acaba de cuajar. La nieve es un acontecimiento anual que nos hace volver a la infancia, podemos pasar horas mirando por la ventana cómo las copas de los árboles se resfrían sin poder abrigarse. Las nubes son claras, tanto que a veces deslumbran a la vista. La sal, ese condimento necesario y peligroso, es el enemigo de las calles blancas, donde resbalamos para carcajadas de los transeúntes. La nieve deja su legado, aunque solo a veces. Casi siempre flirtea con los niños, que la esperan con nerviosismo, pero se pierde en el aire, no se posa en los parques. Ahora hablan de imprevisión meteorológica en las ciudades. La nieve es la imprevisión. ¿Quién augura el colapso de las carreteras mientras contempla la belleza de la postal? La escarcha de la mañana nos hace caer, pero despierta instintos de supervivencia para no repetir. El invierno acampa entre nosotros. Seguimos sorprendiéndonos de las cosas que sabemos que pueden ocurrir.

jueves, 8 de enero de 2009

Yugos

Las unanimidades, como la objetividad, no existen. Por suerte. Recordamos aquellos congresos políticos a la búlgara, votando con el filo de la navaja en el cuello, con sus favores, las desconfianzas, las obligaciones. Qué tristeza provoca imaginar un mundo subyugado por el totalitarismo de antaño, el de la muerte por la discrepancia. El problema es que perdura, aunque se camufle bajo vagas ideas de aperturismo. Después de los Juegos Olímpicos de Pekín llegó el vacío, aquellos ojos de medio mundo que recelaban del comunismo capitalista de China miran ya para otro lado. Cuba cumple 50 años de revolución barbuda. Aparte de ser muy aplaudida y mitificada por el pop art, poco progreso ha traído a la isla. Nosotros, en cambio, frecuentamos internet libremente, podemos expresarnos contra el poder establecido, salir del país sin problema alguno, y conocer que en países lejanos no se puede levantar la voz. Bendita sea la discrepancia y la cultura, que no conocerán en esos paraísos hasta que cesen las iluminaciones de comandantes e inquisidores. Ya les vale.

miércoles, 7 de enero de 2009

Tradiciones

La Navidad ha terminado. Algunos resoplarán mientras continúa la indigestión perenne y obligada de los últimos días. Pero sin duda lo mejor son las tradiciones. Parece que solo existen las tradiciones en Navidad. Una de las más populares, además del roscón de reyes y la ropa interior roja, es la visita de los futbolistas a los hospitales infantiles para entregar regalos a los niños enfermos. Es un detalle estimable, y sobre todo muy tradicional. También lo son los telemaratones que recaudan fondos para causas benéficas. La solidaridad televisiva se concentra en dos semanas al año, pero yo creía que los niños no solo enfermaban en Navidad. La televisión cultiva la solidaridad de bolsillo, de la compasión instantánea, de la imagen tierna. 12 meses, una causa: fidelizar al respetable ablandando su conciencia. Pan para hoy, hambre para mañana. Bueno, para el año que viene. De la guerra navideña de Gaza, donde los niños mueren cada minuto, esperamos noticias.