miércoles, 24 de diciembre de 2008

Loterías y apuestas

Una de las mejores campañas publicitarias de la última época ha sido la del sorteo de Navidad. Una música encantadora le servía de identidad, recreando los sueños, la nieve, la magia y las peripecias del doctor Zhivago. Consiguió como nunca atraer a los mortales a las administraciones de lotería con una imagen alopécica, pero afortunada y venturosa. Más tarde caló el mensaje desesperado del sufrimiento: como rechace un décimo por desidia y acabe tocándole al vecino, no me lo perdonaré en la vida. Los españoles salían de gira como los artistas comprando boletos por donde quiera que pasaran. Examinando si este número es bonito o si acaba en siete. Algunos loteros se hicieron ricos y otros aumentaron la leyenda vacía de los premios y las terminaciones.

En tiempos de crisis, como la que nos aprieta pero no ahoga, la suerte es un recurso legítimo y efectivo. El estado, ese ser supremo despojado de humanidad, ejerce de administrador de las fortunas. Acudimos al juego como una emoción intensa y nerviosa, olvidadiza y rutinaria. Aquel papel escondido entre los periódicos que llevamos ayer al estanco de la esquina puede hacernos ricos, o perecer en el cubo de la basura sin mayor gloria. En cambio, aquel calvo navideño logró que nos pegáramos al papel como a los partidos de fútbol, para saber a media mañana si podíamos tapar agujeros con billetes o si había que hacerlo con hormigón, como casi siempre un 22 de diciembre.

Olvido mortal

Se venera a los genios en un intervalo de tiempo muy concreto. Exactamente el que transcurre entre su muerte y la publicación del último obituario. Rafael Azcona decía que sólo se habla bien de uno cuando muere, y que los elogios terminaban en esos primeros días de duelo. El olvido puede ser aún peor. Cuando a un artista se le recuerda por una imagen desafortunada, un desliz patente que presencian las cámaras. Fernán- Gómez y Umbral han sufrido la desgracia de la imagen como recuerdo. Pero no dejan de ser imágenes perecederas, que mueren en el archivo, aunque se programen una y otra vez. Imperecedera es su obra, Mortal y Rosa, El viaje a ninguna parte, La silla de Fernando. Son figuras irrepetibles, maestros de la palabra que como tantos otros fueron elogiados por unos días y marcados por el segundo de genio que acompaña al literato. Licencias del artista prolífico y atosigado. Hay gente que no lo entiende.

Terremoto

La imprevisión parece ser uno de los males de las sociedades modernas. Y no se trata de imprevisión ante acontecimientos menores, hablamos de catástrofes que se ven venir de lejos, como el huracán Katrina en Nueva Orleáns. Los fenómenos atmosféricos parecen castigar con mayor violencia a los países que menos instrumentos tienen para afrontarlos. Esta es una media mentira. Otra de esas leyendas urbanas para compadecernos del sufrimiento lejano. Los países desarrollados también sufren lluvias torrenciales, terremotos e incendios. La diferencia es que están preparados para sobrellevar este tipo de contingencias, esperadas o inesperadas. Los tsunamis pueden advertirse con el tiempo suficiente para evacuar las zonas más peligrosas. Ya que se globalizan las hipotecas basura, no estaría mal la expansión de la tecnología meteorológica. California y Japón son dos de los lugares del mundo con mayor propensión a los grandes terremotos. Irán y Afganistán, también. Alguna diferencia habrá.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Imposible

Se suele acudir al chascarrillo de Groucho Marx, aquella frase célebre "la televisión es muy educativa. Cuando alguien la enciende, me voy a otra habitación y leo un libro". Hoy sería justamente al revés. El rito de la lectura íntima, descifrando las palabras, saboreando en nuestro cerebro imágenes opacas ha decaído bastante. En cambio, la televisión, ahora en su punto álgido de audiencias, atrapa a millones y millones de personas abotargadas ante tanta estupidez frecuente. Películas de calidad, inexistentes, ya se sabe que el blanco y negro causa peores alergias que el polen y el olivo. Música en directo, imposible, reduciéndonos a actuaciones enlatadas de artistas dudosos. Informativos rigurosos, pecado capital, conviene esa mezcla de sangre, sucesos, declaraciones políticas y deportes.

El problema tiene difícil solución. Reafirmarnos en el chiste de Groucho sería temerario, el que menos y el que más conoce algún momento o personaje televisivo vergonzante. El asunto sería pensar menos en los beneficios de la cartera y más en los beneficios de la gente. Pero eso sí que es imposible. Mientras tanto, queda refugiarse en ese cine que programan de madrugada, en esas canciones que sobrevuelan nuestra cabeza, en ese periodismo valiente que Carmen Sarmiento practicaba, como mucha otra gente. Tendré que hacer memoria, ¿hace cuánto que no vemos una comedia de los hermanos Marx?

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Tiburones

Resulta que a los prebostes de la banca y a los inversores más expertos también les engañan como a todo hijo de vecino. No consuela demasiado, es verdad, pero es una forma de constatar que los tiburones, como aquel Gordon Gecko de Wall Street, son carnívoros, y no acostumbran a compartir su comida. Más preocupante aún es el desastre de los organismos de control y la pujanza de la estafa como modo de vida. Los multimillonarios han perdido un dinero que a cualquiera nos solucionaría siete vidas y la de nuestro gato.

Mientras tanto, el frío parece aflojar sin hacerlo del todo, y nos entregamos a la arbitrariedad de las bolitas de los niños de San Ildefonso para tapar los agujeros negros. Menos mal que no confiamos al tal Madoff los eurillos ahorrados, ahora no podríamos ni comprar un décimo. Eso sí, el famoso broker ya está en su casa después de abonar una generosa fianza. Yo me presto a ser su asesor financiero, pero que no me muerda la mano.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Derechos de autor

Este asunto estrambótico de la SGAE y los derechos de autor en bodas, ferias y demás festejos es muy sugerente. Convendría que se nos explicara convenientemente qué delitos podrían llevarnos a la cárcel para centrarnos en otros menesteres menos pendencieros. Si lo del canon previo es un absurdo impuesto pionero en todo el mundo, llamamos ahora la atención por instituciones chupasangres con métodos chapuceros. Creo que tengo la solución para este asunto. Aquí la dejo para el que tenga interés en resolver el problema.

Según afirman los jefes de la SGAE, su función principal es defender a los artistas y sus derechos. Parece ser que las descargas musicales atenúan las ganancias de los cantantes hasta llevarlos a la indigencia. No me gustaría contribuir a tal injusticia, así que después de abonar el precio de cada disco en las tiendas especializadas, ingresaré una cantidad generosa de dinero en la cuenta de los artistas para que no pasen las Navidades entre cartones. El día que me case, guardaré cuidado de cumplir con los derechos de autor de los creadores de pasodobles, valses, y demás pachanga fiestera para no perpetuar su pobreza eterna. Y si quiere pasar algún detective y grabar los bailes, que pase, así me ahorro el presupuesto del cámara.

martes, 9 de diciembre de 2008

Fútbol

El deporte en España siempre ha sido motivo de conversación. Mejor aún que los incidentes meteorológicos, el fútbol es el tema que nunca defrauda en las charlas de ascensor. Es sinónimo de pasión, de controversia y, lo mejor de todo, es el tema idóneo para quien no frecuenta las tertulias elevadas. Es sencillo pasar de aficionado a experto y descansar así de tanta solemnidad cuadriculada, desahogarse analizando la defensa y el ataque, juzgar al árbitro y condenarlo a perpetuidad.

Si dejamos a un lado las excelencias del deporte, los goles, los regates, las genialidades, encontramos un mundo oscuro que se hace sitio en las páginas de los periódicos y en cada minuto de televisión. Esa conjunción perversa de partidos amañados, presidentes charlatanes, violencia en las gradas, asuntos personales. Ningún otro deporte excluyendo al ciclismo soporta tantos achaques. Llegará un día en que disfrutemos con el fútbol, del espectáculo y no del dinero, de la pelota y no de tantas polémicas absurdas. Fernán Gómez lo cuenta en un anuncio de cerveza. Los domingos, la radio, la quiniela. Yo me quedo con eso, lo demás no me interesa.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Silencio

Tiene nombre, apellidos y cara, aunque no la hayamos visto apenas.

El silencio. Qué mejor que escucharnos por un momento y abandonar el estruendo absurdo de la cotidianidad. Sin embargo, ante tanta injusticia y crueldad no podemos callar. La costumbre social asumida de los minutos de silencio ante la muerte es paradójica. La reacción ciudadana, personificada por millones de personas en aquel verano del 97, se caracterizó precisamente por un grito de hastío, de impotencia y de esperanza ante la vileza cobarde del terrorismo asesino. ¡Basta ya!

Ni antes ni ahora podemos callar, asumir
la muerte violenta como un suceso de cada día, dejarnos adormilar por una perversa anestesia, revertir el lenguaje y los términos para hacer de eta una empresa más, con sus jefes de sección, sus despidos, sus nombramientos y sus cursillos de formación en explosivos.

Cuando veo en las portadas de los diarios fotografías del asesinado entre un charco de sangre me pregunto si no habría otra manera mejor de dignificar en una imagen la vida intensa y valiosa de Ignacio Uria. Claro que la hay. Parece mentira que después de tantos años y tantas muertes no hayamos aprendido demasiado.

martes, 2 de diciembre de 2008

La búsqueda

Cuando uno busca algo con ansiedad, revolviendo nervioso los cajones, abriendo los libros por la mitad, acaba por encontrar otra cosa que tiene mucho más interés. Luego lo guardamos con delicadeza para que no vuelva a perderse. Es inútil. Los objetos no cobran vida propia como en las películas de Disney, pero aparecen y desaparecen cuando les damos la espalda.

Google terminó hace tiempo con la magia de seguir el rastro de las cosas, porque todo está localizado. En unos años los detectives de despacho de mala muerte y bloc de notas terminarán por rendirse ante la omnipresencia de la red. Cuando introduzcan el nombre del presunto asesino, la pantalla les responderá:

-Era este hombre, ¿todavía no te has enterado?

lunes, 1 de diciembre de 2008

Entrenovista

La entrevista al preso más famoso de España pareció concitar el interés de los televidentes. Resulta ser un personaje interesante. Aúna la campechanía populista de los políticos bananeros con una pretensión extraña de dar pena al respetable. Creo que no consiguió su objetivo, por más que dulcificara su voz y tratara de ocultar tras ese bigote los millones que tiene quién sabe dónde.
Es sangrante premiar a un delincuente con un dineral para que hable contigo, pero es más sangrante aún que se vaya de rositas porque el entrevistador adopta una posición de colega, de compadecer y compartir sonrisas con el condenado. La meliflua pose del periodista hizo que Julián Muñoz saliera bien parado del supuesto tercer grado. Después de quedar bien delante de las cámaras y responder a preguntas sobre la tonadillera se marchó a dormir a la cárcel. Supongo.